Casería de brujas

Un hombre de edad adulta se acerca a Hiru –muy bien… nos llego un reporte que en esta área se encuentra una maga una mujer alrededor de 15 a 20 sea o no una maga debe traerla ente nosotros, quedo claro!!- dijo en un tono fuerte y seco casi molesto – así ya no me hagas perder mi tiempo y ponte a trabajar-

Los días siempre eran agitados en la ciudad, las personas corrían de un lado a otro por diferentes motivos, cada vez los tiempos eran mas difíciles , era mas fácil cada día ser juzgado por practicar hechicería sin fundamentos, la gente procuraba cada vez mas ser discreta.

Tenia un pequeño consultorio el cual atendía a todo aquel que necesitara ayuda, en la actualidad los ricos solo se pueden hacer mas ricos y los pobres su única opción es hacerse mas pobre, las medicinas o cualquier clase de tratamiento medico solían ser demasiados costosos, y mas de la mitad de las personas no podrían pagarlos. No cobraba ni un solo centavo a mis pacientes pues era todo lo que tenia en el mundo, aparte mis métodos no me generaban ningún costo adicional, solo el esfuerzo de juntar unos pocas hiervas y acarrear agua, y a pesar de que no cobraba había un gente amable en la cuidad que procuraba agradecerme de muchas manera un poco de pan un poco de dinero.

Actualmente me encontraba en mi pequeño consultorio atendiendo pocos pacientes, era un día demasiado tranquilo y esperaba que siguiera así.

-Claro claro, pero cuida tu tono mal agredecido, si no fuera por mi y mis compañeros ya estarias en la horca.- Dije molesto mientras me adentraba
En las indicaciones obtenidas por mi compañero decia que una bruja se encontraba atendiendo personas heridas, la informacion fue obtenida de uno de sus pascientes por dinero.

Al entrar al lugar, camine tranquilamente, obviamente la gente no me conocia pero el simple echo de portar un arma blanca de mi tamaño les hacia asustarse.
-Disculpen, estoy buscando a una persona... se que trabaja aqui y esta de turno asi que no mientan, ¿ en donde se encuentra? traigan a todas sus empleadas de edad entre 15 y 20 años.- Dije seriamente y en voz alta para que todos me escuchara, claramente trataba de persuadirlos con el miedo ya que era lo unico que podia hacer por ahora.

Escuche a un joven hablar de una manera segura, por su tono de voz debía ser algún oficial, acaso ya me abran encontrado?, entre por la puerta principal estando a las espaldas de el chico – soy la única empleada de el lugar en que le puedo servir…- dije en un tono serio avanzando `por un lado de el para poder así darle la medicina a un paciente.

- si viene porque aun no e podido pagar la cuota mensual, ya le dije a su compañero que se lo tendré para mañana…- conteste en un tono tranquilo mientras aun señor de edad avanzada le daba un poco de medicina.

-Estoy aqui por algo importante señorita, no le quitaria su valioso tiempo si mis motivos fueran huecos y codiciosos como cobrar la renta.- Le sonrei amablemente.
-Sin embargo es un tema delicado asi que, ¿porque no viene conmigo? necesito hablarle a solas en donde usted guste para que se sienta comoda, pero debe ser ahora mismo.- Dije amablemente mientras hacia una reverencia.
-Y perdone los modales, mi nombre es Hiru, mucho gusto.-

Le mire de reojo -Casey Esmond-, le conteste, de manera amable, deje la medicina a un lado y salí por la puerta trasera, - por favor acompáñeme…- dije de una manera amable mientras señalaba la salida, afuera había barios botes repletos de agua, si algo se ponía fuera de mi control debía tomar medidas desesperadas.

Afuera de el lugar había diferentes tipos de plantas curativas, y una enorme cerca el cual no se podía ver nada hacia fuera, nadie ni nada podía ni escuchar ni ver lo que se hablaba o hacia en aquel lugar.

-Cassey, no nos hagamos tontos.- Dije cariñosamente mientras me acercaba a ella y le ponia mi mano en la frente.
-Sin duda alguna eres una poseedora de magia, en tus ojos alcanzo a ver un brillo color azul, y ese brillo significa magia para mi jaja.- Le sonrei amablemente mientras le soltaba la cabeza.
-Te buscan, y pronto comenzaran a poner carteles para atraparte, mi nombre completo es Hiru Hawk y vengo de un pueblo lejano, fui criado y entrenado por los templarios de la iglesia y mi deber es el de eliminarte.- Le sonrei amablemente.
*Me encanta ver las reacciones al decir esto, y mas aun porque su poder magico es medio segun veo con la magia que poseeo.*

Ser los ojos y agache la cabeza – ya veo… entonces por fin me encontraron- hice un movimiento con mi mano y tome un poco de agua creando una burbuja que le inserte en su cara para que dejara de respirar – lo siento mucho señor Hiru, pero me rehusó a morir como lo asen muchos pobres inocentes que ustedes matan día con día!- dije en un tono molesto pero tranquilo. Sabia que en dos minutos quedaría inconsciente y en 4 probablemente muerto sino es que menos, ahora dependía de l fuerza de sus pulmones.

Mientras fingia que me ahogaba, utilize mi magia para eliminar el control en el agua y absorberla.
Dure un minuto fingindiendo asfixia hasta que no aguante mas.
-Jajajaja... eres inteligente pero no tanto para un templario chica, no los tomes a la ligera. Si fuera un templario decidido a asesinarte ya lo hubiera echo porque me diste muchas oportunidades, debes aprender a defenderte.- Me di media vuelta.
-Como sea. Hablandote enserio, yo no soy como los otros 7 templarios que quedan ya que yo estoy en contra de la iglesia, sus ideas me parecen estupidas y tienen planes mas haya de lo que ustedes se imaginan. Por otro lado, yo soy un rebelde infiltrado en sus mas altas filas, si quieres vivir te pronpongo una alianza.- Le sonrei y le extendi mi mano.
-¿Quieres ayudarme a crear una revelion para terminar con esta gerarquia? ¿O prefieres seguir sanando gente gratuitamente? no digo que sea mala idea, pero deja de utilizar tu magia por un tiempo, aprovecha ahora que solo sospechan y asi eliminare mas facilmente la busqueda en tu contra.- Le sonrei amablemente mientras me giraba para verle. -Ademas eres muy bonita y no querras que te asesinen antes de conocer a tus hijos jaja.-

Le mire molesta – seas un rebelde o no siempre e trabajado sola si lo que me recomiendas es serrar mi consultorio lo podré hacer pero yo nunca participaría un grupo tan bárbaro como el que me mencionas…- le dije de manera inconforme, f- formar una alianza en creer algún lazo con alguien y no estoy dispuesta a crearlo- me ruborizo un poco el echo que me había dicho que era bonita pero me molestaba que me halla hablado de que algún día tendría hijos.

No estreche su manos y nomás le hice una seña por donde estaba la puerta – algo mas que me recomiende para que el rumor deje de circular?-

-Ser amable con quienes te ofrecen ayuda.- Dije con ironia.
-Vengo a ayudarte y me corres, ademas llamas a mi grupo "rebeldes barbaros" pues perdoname, pero en mi grupo solo estoy yo y mi difunto maestro.- Dije seriamente.
-Si no te gusta la idea solo di que no quieres y arreglatelas tu sola, si quieres cooperar te ayudare a escabullirte pero de vivir tranquilamente va a ser imposible... solo tienes la opcion que te estoy dando, cierra tu consultorio y unete a mi, o sigue con tu vida y muere.- Le mire firmemente a los ojos mientras ponia mi mano en el mango de mi espada.

Valla prácticamente no tenia opciones – y quien me asegura que tus palabras sean ciertas? A mi madre la asesinaros los Templario nada me asegura que lo que me digas sea cierto- además de el echo que aun no me halla matado o llevado a la fuerza nada me aseguraba, tal ves era una nueva técnica que tenían ellos siempre había trabajado sola y la verdad me acoplaba muy bien a estarlo, mi madre me dio la oportunidad de seguí viviendo y si ya tenían la pista sobre mi si no fuera el alguien mas vendría para asesinarme.

- y si fueran ciertas… que podría hacer yo… como veras, trabajar en equipo ni el combate es lo mió, no crees que te seria mas un estorbo que una ayuda?-

-Tus capacidades curativas servirian mucho.- Solte mi espada y le mire sonriente.
*Ahora aflojamos un poco la cuerda...*
-Si no combates aun asi tu sanacion es bastante buena y trabajandola podria ser perfecta, imagina que vuelvo de una batalla casi muerto, si no estubieras ahi moriria y entonces van a ir tras de ti. Tengo planeado dejar la organizacion y revelarme de la unica forma que puedo, asesinando a mi compañero.- Le mire seriamente.
-De ser asi sera un trabajo muy dificil y sin duda terminare mal herido, solo acepta muchacha te prometo por mi vida que nada malo te sucedera.- Le sonrei amablemente y me acerque a ella para darle la mano. -Se como se siente ser un mago, y como se siente perder a tu familia...- Abri la palma de mi mano de la cual se extendia una llama de color rojo que cambiaba a color amarillo y azul.
-Mi madre y hermana eran magas tambien, cuando me entrenaron me dieron muchas instrucciones que segui al pie de la letra y junto con otro compañero logramos dominar el poder de robar la magia a los magos, sin embargo agota muchisimo y solo lo e podido hacer una vez con el cuerpo casi muerto de mi hermana.- Le mire seriamente.
-Ahora, si vas a aceptar te vere esta noche en el bosque a las afueras de la ciudad, cerca del lago de la luna, si llego ahi y no te veo te deseo suerte.- Le sonrei y le toque el hombro para despues dirigirme hacia la salida.

Le mire de reojo, tenia que pensar en como mi vida cambiaria probablemente seria lo mejor, y si fuera una trampa?, de igual manera estaríamos en un lago tendría una enorme ventaja de mi parte.